Guinea Pig Club

Lo que mas me llamó la atención es que personas terminaran bebiendo en un hospital como si estuvieran en un club. Cuando leí el artículo de El Pais lo entendí. Además de la historia lo interesante es todas las dificultades que tuvo que «vencer» Archibald McIndoe para poder sacarlo adelante.

Archibald McIndoe fue un cirujano plástico británico conocido por su trabajo con pacientes con quemaduras durante la Segunda Guerra Mundial. Fue el fundador y jefe del Queen Victoria Hospital en East Grinstead, Inglaterra, donde desarrolló nuevas técnicas para tratar y rehabilitar a los pacientes con quemaduras graves. También se le conoce por su enfoque innovador en la rehabilitación psicológica de los pacientes, que incluía la inclusión activa de los pacientes en la vida social del hospital y la comunidad local.

The Guinea Pig Club. Este club fue formado por los pacientes que fueron tratados por Archibald McIndoe en el Queen Victoria Hospital durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Los miembros del club, que incluían pilotos de la RAF y soldados heridos, recibieron tratamiento de quemaduras y cirugía plástica bajo la atención de McIndoe y su equipo. El club también sirvió como un foro para la ayuda mutua entre los miembros y como una forma de apoyo psicológico.

En las fotos podemos ver a Winston Churchill visitando el Guinea Pig Club. La primera «reunión» si es que se le puede llamar así que tuvieron los pacientes que estaban ingresados en el hospital y la ultima el muro donde se encuentran todos los miembros que han formado parte.

Según los datos que había recopilado la historiadora Ann Bates en 2021 todavía seguían vivos 5 de los 649 miembros del club.

Bibliografía.

«The Guinea Pig Club: The Story of the RAF’s Pioneering Plastic Surgeons» de James G. Paton y David E. C. Cole, publicado en 2006. Este libro ofrece una visión detallada de la historia del club y del trabajo de McIndoe y su equipo.

«Archibald McIndoe: The Man and his Men» de E. R. T. Holmes, publicado en 1984. Este libro es una biografía de McIndoe y también proporciona una visión general del trabajo que realizó en el Queen Victoria Hospital.

«The Guinea Pig Club: The Story of the RAF’s Pioneers of Plastic Surgery» de David E. C. Cole, publicado en 2000. Este libro ofrece una visión detallada de la historia del club y del trabajo de McIndoe.

La referencia en esta entrada es para

Eva Güimil (Mieres, 1972) ha sido directora y guionista de diversos formatos de la televisión autonómica asturiana. Escribe sobre televisión en EL PAÍS y ha colaborado con las ediciones digitales de Icon y ‘Vanity Fair’. Ha publicado la biografía de Mecano ‘En tu fiesta me colé’.

Un articulo extraordinario

Miguel Hernandez

Miguel Hernandez (Una investigación saca a la luz 170 escritos inéditos)

La doctora Carmen Alemany ha realizado un trabajo por el que ha recuperado 170 textos inéditos de Miguel Hernández. Todo el mundo conocemos al poeta pero por si acaso aquí va un poco de su historia.

En el artículo por el que descubrí la historia en el diario «El Pais» podemos leer el gran trabajo hecho por la doctora Alemany.

“Una de las principales novedades del hallazgo es”, según la profesora, “el insistente y voluntarioso proceso de creación” de Hernández. Páginas y páginas en las que escribe imágenes, metáforas y versos sueltos; en definitiva, ejercicios literarios que le servían de aprendizaje poético y de referente para componer sus poemas”,

La vida de Miguel Hernández fue una combinación de poesía, militancia política y exilio. Durante su juventud, trabajó como criado en varias casas, desarrollando un profundo amor por la literatura y la poesía. Se unió a un grupo de jóvenes republicanos en España que lucharon por la libertad contra los golpistas fascistas. Luego fue enviado al frente en la guerra civil española, donde escribió muchos poemas

Algunos poemas destacados de Miguel Hernández incluyen «Viento del pueblo», «Oda al Pueblo de España», «Canto a la Vida», «Canto de la Agonía de España» y «Sonetos».

Miguel Hernández murió de tuberculosis el 28 de marzo de 1942 a la edad de 32 años, mientras estaba en prisión en Alicante. Había estado encarcelado desde junio de 1940 debido a sus creencias políticas y su activismo republicano

Todo nos iría mejor si hablásemos élfico

Este articulo está publicado en la revista cultural JotDown y si está aquí es por que aborda el tema de JRR Tolkien desde un punto de vista distinto al habitual y que me ha parecido interesante. La autora del artículo es Beatriz Diaz Romero

Aprender una lengua nueva esconde un placer extraño. Quienes han tenido la suerte de estudiar no solo uno, sino varios idiomas hasta dominarlos, entienden la íntima satisfacción que se siente cuando un símbolo totalmente extraño cobra sentido y descubrimos el significado tras el significante. O, dicho de otra forma, la realidad tras el signo. Pero no existe solo placer en descifrar símbolos como si fuésemos Champollion con la piedra Rosetta. Conseguir formar una frase completa, o incluso escribir un párrafo, supone una hazaña de la que enorgullecerse. Significa que hemos conseguido comunicar, que nos estamos haciendo entender.

Comunicación y lenguaje no son exclusivos del ser humano, pero sí somos los únicos que hacemos una ciencia de ello y que hemos alcanzado un nivel tan alto de complejidad al hablar, al pensar y al transmitir. De hecho, el pensamiento complejo existe solo si hay un lenguaje que pueda articularlo. Así, la lengua para el ser humano deja de ser una necesidad y se convierte en vehículo para el arte y la cultura. Hasta los niños muestran esta incipiente necesidad de usar el lenguaje de manera creativa, inventando lenguas y códigos secretos. 

Pocas personas han amado tanto las lenguas como J. R. R. Tolkien,

que además de ser padre de todo el legendarium que ha arrastrado a tantos fanáticos a los valles y montañas de la Tierra Media, fue un apasionado lingüista. Catedrático en Oxford, dio clases de anglosajón y de lengua y literatura inglesa, y perteneció al grupo literario de los Inklings, defensores de la narrativa de ficción y entre quienes se encontraba su querido amigo C. S. Lewis. Para Tolkien la vida se revolvía en torno a las palabras, y su inquietud natural lo llevó a estudiar un largo listado de idiomas, entre los que se encontraban el latín, griego, inglés antiguo y medio, francés, alemán, español, galés, finés y distintas lenguas germánicas antiguas. 

Pero una mente inquieta no se quedaba solo en el estudio y disección de hablas perdidas. Como confesó en el ensayo A Secret Vice (1931) Tolkien tenía un hobby particular: inventar idiomas. El texto, que originalmente fue una conferencia que dio en un congreso esperantista, toca una serie de ideas fundamentales para comprender la Tierra Media tal y como hoy la conocemos, como la imaginamos y se nos ha dado en sus (muy numerosas) adaptaciones. Y es que no existiría el universo Tolkien sin las lenguas que, desde joven, fue inventando y perfeccionando. 

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Origen de la peste Negra

Los dientes de personas enterradas hace 700 años señalan el origen de la peste negra, la mayor pandemia de la historia.

El análisis de ADN antiguo muestra que la peste negra empezó en un valle de Asia central y se expandió por la Ruta de la seda

A finales del siglo XIX, en plena fiebre por la arqueología, aventureros rusos excavaron dos cementerios medievales cercanos al lago Issyk-Kul (Kirguistán, Asia central). La Ruta de la Seda atravesaba la región y eso se notó en lo que había en las tumbas: pequeños tesoros de monedas y adornos de los más alejados rincones de Eurasia. Los excavadores observaron que había demasiadas lápidas para los años 1338 y 1339. El misterio se ha mantenido hasta hoy. Un trabajo colectivo entre historiadores, arqueólogos y genetistas publicado en Nature ha analizado los dientes de varios de los enterrados y han encontrado ADN de Yersinia pestis, la bacteria que provocó la mayor pandemia de la historia, la peste negra que asoló Europa y Asia una década después.

En una de las lápidas se puede leer, traducido: “En el año de 1649 [que corresponde a 1338 en el calendario occidental], y siendo el Año del Tigre. Bars, en turco. Esta es la tumba del creyente Sanmaq. [Él] murió de pestilencia”. Esa última palabra ha llevado de cabeza a los historiadores de aquel tiempo. Pestilencia podría hacer referencia a la peste, pero la pandemia que acabó con la vida de entre 50 y 200 millones de personas no estalló hasta 1347, con los primeros casos de apestados en los puertos del Mar Negro, Constantinopla, Marsella o Barcelona. De la peste negra se sabe casi todo: qué bacteria la provocó, cómo las pulgas de las ratas infectadas la pasaron a los humanos, que la genética dice que aquella cepa es la responsable de los rebrotes que ha habido en los últimos 500 años y que vino de algún lugar de Asia central. Pero la localización exacta era un tema de intenso debate entre los historiadores, hasta ahora.

Científicos alemanes, británicos y rusos lograron el permiso de las autoridades para quitarle 50 miligramos de esmalte y dentina a la dentadura de una treintena de los enterrados que se conservan en el Museo Pedro el Grande de Antropología y Etnografía de la Academia de Ciencias Rusa (Kuntskámera, San Petersburgo). Lograron extraer ADN de siete de ellos. Su análisis indica que eran lugareños. Pero lo más importante vino después. En tres de los fallecidos había material genético extraño. Su análisis no dejaba dudas: era ADN de una cepa de la bacteria Y. pestis y no una cualquiera.

El historiador de la Universidad de Stirling (Reino Unido) y coautor del estudio, Philip Slavin, destaca cómo las rutas comerciales fueron un elemento clave en la propagación de la peste y el papel de esta zona del mundo en su inicio. “Ambos cementerios estaban situados en el corazón de la red comercial de la Ruta de la Seda, justo al lado de la calzada”, dice en un correo.

Sin embargo, otros historiadores no comparten las conclusiones de esta investigación. Uno de los escépticos no es un cualquiera. Ole J. Benedictow es profesor ya emérito del Instituto de Arqueología, Conservación e Historia de la Universidad de Oslo (Noruega). En 2004 escribió su libro más conocido, La Peste Negra 1346-1353: La historia completa (actualizado el año pasado en una segunda edición). La tesis central de la obra la recuerda en un correo: “Existe evidencia histórica sustancial de que la peste negra estalló originalmente en la zona del bajo Volga, muy probablemente en el delta, donde hay un reservorio de peste activo con una gran acumulación de datos históricos y que todavía provoca casos de peste”. Es decir, para este historiador todo empezó en esta zona de Rusia, bañada por el mar Caspio, muy lejos del valle de Chu.

En el momento del brote de la peste negra, el patógeno de la peste estaba ampliamente distribuido entre los roedores en el área ocupada por el khanato de la Horda Dorada (uno de los estados sucesores del imperio mongol). Este, como recuerda Benedictow, “se extendía desde la frontera occidental de China hasta la frontera oriental de la actual Rumanía. Para el historiador noruego, que acepta que la estructura genética de la peste en la parte local del reservorio podría ser parecida a la de reservorio del bajo delta del Volga, los dos cementerios que centran esta nueva investigación no pudieron estar en el inicio de la pandemia: “Issyk-Kul está situado en un asentamiento bastante remoto dentro de una vasta área que contiene un reservorio de plagas de roedores salvajes. Dentro de tal área habrá continuamente episodios de casos de peste cuando las personas entrasen en contacto con roedores enfermos contrayendo la enfermedad. Este también debe haber sido el caso de la población en Issyk-Kul. Se desconoce si hubo algún contacto entre Issyk-Kul y el área del bajo Volga, pero lo dudo”.

Benedictow reconoce que la investigación con ADN antiguo puede ofrecer importantes contribuciones a la historia de las plagas. “Es valioso tener algunos conocimientos básicos sobre el origen y desarrollo del patógeno”. Pero también advierte contra los excesos con mucha elegancia. “Espero que las personas que lean este excelente artículo [por la investigación de Nature] también se den cuenta de que la historia genética de la peste en sí misma tiene un interés e importancia limitados”. Para él, “lo que hace que las epidemias de peste y peste negra sean importantes es su impacto en la sociedad histórica”. Y concluye: “Para volverse cruciales, la peste negra y las epidemias históricas de peste dependían de las acciones humanas y del nivel de eficiencia de propagación en la sociedad humana que engendrarían la cultura humana y la tecnología”.

Es una copia del articulo que se puede encontrar en el diario El Pais realizado por Miguel Ángel Criado. Incluyo otro articulo en el que se compara la peste negra y se pueden ver las similitudes con la actual pandemia del Covid. «Las lecciones de la peor pandemia de la historia«

«Esta mañana me van a fusilar»

Es un articulo que he encontrado en la web del diario «El Mundo«, como otros artículos de la guerra civil española muestra una historia anónima que antes que yo alguien descubrió y decidió que era una buena idea investigar sobre ella. No hay mucho más que escribir solo leer y pensar sobre todo lo que ocurrió para que no vuelva a suceder.

Como se indica en el inicio del articulo el responsable de que salga a la luz es Emili Fernando (Historiador)

El historiador badalonés Emili Ferrando recupera el caso de Carme Claramunt, la primera catalana ejecutada por el franquismo tras la Guerra Civil

«Estimada ‘tieta’: ha venido el juez y ha decretado la pena de muerte, y me ha dicho que así lo había decretado el Generalísimo y esta mañana a las cinco me van a fusilar. Tú ya sabes que matan a una inocente». 

Son las primeras líneas que Carme Claramunt escribió en la madrugada del 18 de abril de 1939, horas antes de ser ejecutada. Trabajadora de 41 años, alejada de los liderazgos políticos y sindicales durante la Guerra Civil, fue la primera de las 11 mujeres encarceladas en la prisión femenina de Les Corts en perder la vida en el Camp de la Bota, donde cayeron abatidos unos 1.700 represaliados por el franquismo. También consta como la única vecina de Badalona ajusticiada entre el centenar de víctimas que la dictadura se cobró tras la contienda en la ciudad.

«Desde el cielo rogaré para que a ti no te falte de nada. Ya sabes que no morimos. Nada más dejamos la tierra», proseguía la misiva de Carme a Angelina Picas, a quien trataba con familiaridad porque compartían un comercio de tejidos y domicilio en la calle del Mar, y que también fue recluida. 

«Es una carta preciosa, el único documento que ha quedado de ella»,comenta el historiador Emili Ferrando, conocedor del movimiento obrero de Badalona y que acaba de editar Executada, un libro sobre una «chica normal y corriente» que se convirtió en la primera catalana fusilada tras la conflagración. Se cuantifican 3.358 ejecutados en Cataluña durante el régimen de Francisco Franco, incluidas 17 mujeres.

«Casi no sabemos nada de ella, pero a través de su última carta muestra un poco quién es. No despotrica, acepta su destino trágico con una normalidad que asusta», resalta Ferrando, «simplemente reclama su inocencia. Pero luego se preocupa por los demás: por su tía, por la familia, pide justicia para sus compañeros ya que ella no la ha tenido…». 

«No sé cómo decirte lo que quisiera decirte con palabras de consuelo para que no te desesperes», anota Carme para su ‘tieta’. «La única cosa que te consolará será pensar en nuestra conciencia tan limpia», reivindica, frente a la muerte que se acerca.

La denunció una vecina, Maria Sallent, con dos hijos asesinados en la retaguardia republicana. «Aparte de la confrontación ideológica se juntaron intereses económicos», sostiene Ferrando, «Angélica tenia pensado dejar su tienda a Carme. La familia Sallent vivía en la misma casa y esperaba que se la dejara a ellos. Todo influyó: intereses económicos, envidias, venganzas… Son el símbolo de las dos Españas enfrentadas, una viviendo al lado de las otras».

Transcurrieron 47 días desde que Carme fue apresada junto a Angelina -en su caso, sería castigada con cadena perpetua- hasta ser trasladada ante el pelotón de fusilamiento tras recibirse el ‘enterado’ del dictador. El juicio a ambas en el tribunal militar fue el prototípico en posguerra, describe el historiador: «Se citaron a seis testigos. Iban manipulados. El lenguaje típico de la Falange se puso en boca de los testigos, manipulados descaradamente. Ninguno testificó a favor. En ningún lado aparece un abogado defensor en el caso de Carme. Las acusaciones eran tonterías, se magnificaron, y ellas indefensas, sin un abogado que la guiase. En un mismo juicio se metían a 15 o 20 reclusos. En esos tribunales sumarísimos se violaban todas las leyes humanas y divinas». 

Claramunt -que militó en Esquerra Republicana y Estat Català, pero sin destacar en sus filas- fue declarada culpable de adhesión a la rebelión militar, acusación cínica bajo la que un régimen instaurado por golpistas reprimió a numerosos opositores. Lo que se le atribuyó fueron «exageraciones», subraya Ferrando: «Eran denuncias en las que no hacía falta probar nada. Hay una acusación bárbara que dice que, por culpa de Angelina y Carme, ha habido todos los asesinatos en Badalona durante la guerra. Pobres chicas. ¿Quién puede creer que tuvieran poder para decir a quién matar?».

La mujer falleció en el parapeto del Camp de la Bota junto a otro badalonés, Ginés Sánchez Quílez. «Tía querida, te deseo muchos años de vida y salud. Ya notificarás a mis nunca olvidables hermanos, primos y amistades que me han fusilado», rogaba Carme en la hoja que los descendientes de otra presa de Les Corts han guardado. 

«No hay que mitificar», opina Ferrando, con materia tan dramática entre manos, «lo que hay que mitificar es el valor de las mujeres normales y corrientes. Y más en esa época, que se echaron a la espalda toda la familia, en tiempos en que el marido estaba en el frente o el exilio. Merecen un reconocimiento por sus vidas. Carme era una de esas personas, quetuvo la mala pata de que confluyeran unas circunstancias que acabaron con su muerte prematura»

«Le mando un sinfín de besos, su hija que nunca la olvidará», cierra la misiva.

Dulcinio (Penitenciagite)

Siempre que veo/leo/escucho la palabra Penitenciagite se me viene a la memoria la película «El nombre De la Rosa» y Salvatore soplando cuando está en la hoguera a punto de ser quemado. Por eso cuando encontré la historia de Dulcinio y descubrí que de él nacía la idea Dulcinista quise incluirla en mi pequeño cajón de sastre.

Religioso heterodoxo italiano fallecido en 1307. Su apellido le hace oriundo de Novara (Bolonia), aunque otras fuentes sitúan su nacimiento en el valle de Ossola. Atraído por el pensamiento de Gioacchino da Fiore, tomó contacto con el movimiento de los Pseudoapóstoles que encabezaba Gherardo Segalelli, tomando la dirección espiritual de los segarelistas tras la muerte de aquel en el año 1300, razón por la cual pasaron a ser denominados también dulcinianos o dulcinistas. Al contrario que el proceso inquisitorial de Shegalelli, el de Dulcino carece de datos con los que se pueda completar su biografía; por el contrario, la principal fuente para este turbulento período de la historia religiosa italiana es el historiador franciscano Salimbene quien, en su obra Chronica, relata las principales acusaciones que se lanzaron contra el novarense. Éstas no son sino una mera repetición que las lanzadas contra todos los cabecillas del movimiento: apostasía, idolatría e incitación a la promiscuidad.

La polémica de la pobreza de Cristo

Sin embargo, el caso concreto de fray Dulcino se encuentra rodeado de cierta aura profética, puesto que se consideraba como el único apóstol verdadero y, como tal, su palabra era ley. Las misivas que dirigió a las autoridades eclesiásticas (que pudo leer Salimbene para confeccionar su obra pero que hoy están perdidas o celosamente guardadas) muestran su pensamiento radical: acusaba de heréticos a los clérigos seculares y predicaba la invalidez de su administración sacramental, además de hacer absoluta apología de la pobreza de Cristo. Este último punto, al igual que sucediese con Segalelli, deslegitimaba a una Iglesia que vivía en suntuosos palacios y legitimaba, a su vez, a todos los buenos cristianos para que no pagasen los diezmos y las prestaciones vasalláticas que servían para enriquecer a clérigos simoníacos.También queda clara la adhesión espontánea y desinteresada que halló en muchos de los campesinos de las ciudades italianas, además de que pudo contar con el apoyo de los fratricelli, franciscanos radicales que abominaron de los rígidos estatutos aprobados por su orden tras la muerte de Francisco de Asís, considerados una traición al pensamiento de su maestro. Debido a ello, todo el movimiento de los Pseudoapóstoles ha de entenderse en el contexto del grave estado de descomposición de la jerarquía eclesiástica que desembocaría en el Cisma de Avignon, puesto que la disputa no se trataba solamente de si la Iglesia debía o no de ser rica, sino de si estaba o no legitimada para dirigir los asuntos temporales de la cristiandad.

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José Aranguren, el general de la Guardia Civil al que Franco fusiló por cumplir con su deber en Cataluña

Paisano y conocido de Franco, creyente y brillante, el dictador ordenó: “A Aranguren, que lo fusilen aunque sea en una camilla» Solo quiero hacer un copiar y pegar sin añadir ningún comentario porque me parece importante conocer la historia y cualquiera que sienta curiosidad pude investigar por su cuenta.

Este pasado miércoles se organizó un acto de entrega de declaraciones de reparación y reconocimiento personal a doce víctimas de la represión franquista. El acto estuvo presidido por la vicepresidenta primera del Gobierno Carmen Calvo acompañada del secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, la directora de la Guardia Civil, María Gámez y el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, José Manuel Franco.

El objetivo del Gobierno con estas distinciones es continuar incidiendo en la reparación moral de los represaliados del franquismo. En este caso se trata de once hombres y una mujer que sufrieron la persecución o violencia por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa, durante la Guerra Civil y la Dictadura. Las familias de los homenajeados fusilados (una gaditana fusilada estando embarazada, el alcalde de Loeches, un labrador burgalés, un guardia rural de Alcázar de San Juan, un jornalero militante de UGT, un afilado de la CNT, un miembro del Partido Comunista) recogieron las distinciones. También se reconoció la labor de un funcionario que murió en el Campo de Concentración argelino de Djelfa. Otras dos víctimas homenajeadas fueron dos objetores de conciencia, que asistieron al acto y recibieron el reconocimiento en persona.

Homenajeados por el Gobierno

Entre los homenajeados destacó por permanecer leal a la II República, la figura del general de la Guardia Civil fusilado en 1939, José Aranguren Roldán, natural de Ferrol. Aranguren fue general de Brigada de la Guardia Civil con sede en Barcelona. Su lealtad al Gobierno de la República en julio de 1936 resultó decisiva para el fracaso de la sublevación en Cataluña.

Ello le llevó a que, tras concluir la guerra, fuera condenado por sentencia firme de un Consejo de Guerra del 15 de abril de 1939 en Barcelona acusado de rebelión militar. Fue fusilado pocos días después.

General José Aranguren

Aranguren, un hombre honor, honesto y brillante

El general Aranguren fue un “hombre de honor”, un guardia civil honesto y disciplinado, un héroe de guerra con un brillante currículum profesional en el Cuerpo, al que Franco fusiló sin piedad a pesar de ser paisanos ambos de El Ferrol y de conocerse las familias. Pero el instinto criminal del dictador pudo más que esas circunstancias personales hasta el punto que Franco ordenó su asesinato con esta frase: «Que lo fusilen aunque sea en una camilla» tras conocer que Aranguren ya no podía andar por un accidente sufrido. La valentía y entereza del general se muestra en la frase pronunciada ante el pelotón de fusilamiento: “Disparad sin temor porque es ya poca la vida que a mí me quitáis”.

El escritor Lorenzo Silva en su novela “Recordarán tu nombre”, narra la vida de este hombre ejemplar fusilado por rechazar sumarse al golpe de Estado del 36 al acatar las órdenes de sus superiores. Franco ni olvidó ni perdonó la actuación clave de este general para que Barcelona continuase al lado de la II República.